La formación permanente, permite visualizar y problematizar la práctica cotidiana dentro y fuera de las instituciones educativas. Los docentes se enfrentan a desafíos que cotidianamente no son abordados de manera integral, sino en la solitaria tarea del rol.
El paradigma que posiciona al docente como único poseedor del saber y el objetivo del estudiantado es responder a una evaluación rígida de contenidos memorizados en forma mecánica. Donde los conocimientos previos carecen de valor y el protagonismo activo se pone en jaque en forma constante, desde las instancias formativas se desestima, pero en la práctica profesional cotidiana estas prácticas se encuentran enquistadas en las instituciones, los interrogantes que surgen son: ¿cómo se construye la autoridad pedagógica hoy? ¿Qué paradigmas y posicionamientos se encuentran obsoletos y cuáles son permeables a ser utilizados? ¿Es posible pensar la práctica docente desde otra mirada?
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